Dormitorio Infantil

Este dormitorio está ocupado por dos hombres de 5 y 9 años. El desafío era generar la máxima amplitud y funcionalidad en un espacio estrecho, sin utilizar el recurso del camarote y dejando una zona para dormir y otra zona con escritorio para estudiar.

El peor problema espacial existente está dado por los cielos inclinados del techo, que producen por sí mismos, un espacio desordenado. Para evitar esa sensación se genera una línea de horizonte que nos ordena, obliga a llevar la vista más abajo y limpia el espacio. Esto a través de paneles enchapados en madera, con 1 metro de altura, que cubren los dos muros en esquina y de apoyo de las camas. Este recurso nos ayuda también a camuflar una puerta de acceso al entretecho, que contribuía al desorden espacial.

Se diseñan dos camas simples con cajoneras con ruedas, para aprovechar mejor los espacios de guardar. Los veladores son amplios de manera que sirvan como libreros y se colocan dos repisas flotantes para todos los peluches y muñecos.

 

En el espacio saliente de la ventana se diseña un escritorio flotante, que se afirma entre los muros, con dos cajones angostos bajo la cubierta. Los cubrecamas van metidos en la cama, lo que da mayor amplitud y se trabaja con colores grises y rojos en cojines, alfombra y cubrecama, lo que da un aspecto juvenil y a la vez varonil al espacio, al mezclarse con los muebles de madera de raulí.